Para que lo lea con el café de la mañana.

martes, 20 de diciembre de 2011

¿Por que renuncie?

Nunca olvidare como de la pantalla del portatil que un dia antes habia recibido del departamento de sistemas de Editorial Norma brotaba un rio de sangre. Era el segundo dia de trabajo en mi primera casa editorial, y uno de los dos tomos del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española caia en picada desde una cajon empotrado arriba de mi escritorio. El libro de algo mas de trescientas paginas  golpeaba directo a la pantalla. Como dirian en la oficina del seguro: daño parcial irreparable. De eso hace ya siete años. Desde entonces muchas cosas han pasado en Editorial Norma, entre las mas recientes, que renuncie a Editorial Norma.  

Y es que yo he visto a muchos irse de Editorial Norma; algunos por decision propia y otros por decision de la empresa. Pero en todos los casos, todos, en diferentes medidas, lloraron. Tanto los que se quedaban como los que se iban.  Pero el viernes pasado, al cerrar por ultima vez la puerta de mi oficina y coger mi cajita feliz con un par de corotos, unos libros que tal vez nunca me vaya a leer y por supuesto el reloj de pared de Santa Fe, que seguramente tampoco pondre porque no tengo donde, nadie lloro. Miento: si hubo quien llorara mi partida: este mediapluma.

Y me gusto que fuera asi, porque todos al darme un abrazo de despedida se fueron con una sonrisa, un chiste, malo o bueno, pero chiste, se fueron felices. Y me gusto que fuera asi porque yo fui asi durante los ultimos siete años, feliz. Y es que coger el mismo bus durante mas de dos mil dias seguidos no es cosa sencilla. Pero lo hice con gratitud y el viernes pasado, cuando nadie lloro, entendi porque.

Y cuando hablo de gratitud es en serio, porque gracias a Norma y a un par de freelances que salieron en el camino conoci gente, viaje, aprendi, vivi, comi, conoci a la mujer que adoro, lei como un putas (un primo a cada rato me pregunta " ¿y como lee un putas"?), comi mas que un putas y no me pregunten por lo que me bebi. Ah, e hice libros.

Ahora debo decir adios y gracias. Me voy con mi musica, y mi cajita para otra parte. Les dejo la oficina como la encontre algun dia, arreglada e impecable. Algo mas grande. Hubiera querido que permaneciera asi siemore, pero fue netamente imposible. No es que sea desordenado, sino que el mundo de los libros es asi. El mito del editor que no se ve detras de los libros es cierto. Aunque a veces no me veia, pero porque sencillamente no habia llegado.....ya saben, los trancones, los trancones.

Ahora solo pienso en los retos que vienen. Y escribo esta entrada ya desde mi nuevo cargo, desde mi nuevo puesto, desde mi nueva empresa, desde mi nueva vida. El proximo martes les contare como fue el primer dia de trabajo aqui en Santillana. Ahora solo quisiera llamar a Ana Lucia Garrido, la gerente que hace siete años puso el grito en el cielo porque un tal "Juan Esteban..." se habia tirado el portatil nuevo, a decirle que solo espero que esos 1,500 dolares que le toco pagar por el arreglo de la pantalla del portatil que me tire al segundo dia de haber llegado a Editorial Norma hayan valido la pena. Ojala. 

Gracias mis amigos Norma. Como decia Michael Jackson cuando era negro, estaba vivo y tenia 5 años y cantaba Ben : "you got a friend in me"


Nos vemos el otro martes.